Una empleada de un grupo de distribución muy reconocido a nivel nacional empezó a ser acosada sexualmente por su jefe inmediato y luego despedida al intentar denunciarlo en la empresa, lo que hizo que acudiera a nosotros para saber cómo proceder en este caso.
Tras sus iniciales nervios, y después de analizar todo lo ocurrido, mi recomendación fue que si tenía testigos de lo ocurrido, que colaboraran con ella a la hora de testificar cuando se cursara la denuncia. En el proceso se descubrió que otra empleada había grabado una parte de lo ocurrido, pero suficiente para probar los hechos, pero que no denunció en primera instancia por miedo a las represalias.
Al final, después de hablar con esta empleada y explicarle la situación en la que se encontraba su excompañera de trabajo, determinó colaborar con nosotros aportando sus pruebas. Así se demostró en el juicio los hechos por los que se le acusaba. Fue condenado 5 años por acoso sexual.